Esta vez me ha tocado lidiar con los aspectos más prosaicos de nuestro trabajo. He participado en una mesa sobre Responsabilidad Profesional en la que las estrellas no son los médicos sino un Magistrado de lo Penal y un prestigioso abogado en temas sanitarios. Mi modesta contribución fue el planteamiento de un aspecto muy desconocido incluso entre los profesionales y es el hecho de que los herederos de un médico heredan también sus responsabilidades profesionales.
Cuando te asignan a mesas tan técnicas, siempre me queda el consuelo de pensar que la corrida de los Miuras siempre tiene un plus añadido y que no se la pueden encargar a cualquiera. El que no se consuela es porque no quiere.
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