Os preguntareis, tal vez, ¿por qué no se conocen todos los efectos adversos de un medicamento antes de que salga al mercado?. Pues porque es imposible. Los medicamentos se prueban en ensayos clínicos pero con un número limitado de pacientes. Esto hace que afloren los efectos secundarios mas habituales pero no todos ya que algunos que son mas raros, menos frecuentes, lo hacen y se detectan cuando lo toman mucha más gente y otros cuando se toman durante mucho tiempo y otros al interactuar con otros fármacos.
Por eso es muy importante la Farmacovigilancia.
Hasta ahora, los médicos, cuando detectamos o sospechamos que un medicamento ha provocado una reacción adversa, lo comunicamos a los servicios de Farmacovigilancia para que a partir de estos datos se valore si un medicamento presenta mas riesgos que beneficios y en consecuencia se deben retirar o precisar su uso en distintas dosis o para distintas indicaciones.
Pero a partir de ahora también lo puede hacer un ciudadano particular. La AEMPS (Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios) ha habilitado una web para poder hacerlo a través de un formulario muy sencillo que lo podéis encontrar aquí, una vez que hayas seleccionado tu CCAA.
Pero no te olvides de comunicárselo también a tu médico o enfermera para poder anotarlo en tu historia clínica
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