Pocas veces os pongo artículos de revista científicas porque creo que su contenido y la forma en que se expresan no es el más adecuado para los pacientes. Pero hoy voy a realizar una excepción. La revista Lancet es una revista muy prestigiosa y en un número reciente, de este mismo año 2012, en su editorial ha publicado este artículo del que os extraigo un resumen:
La mayoría de las personas en duelo están tristes, y sólo 6 meses o un año después de la muerte la pena puede entrar en una fase menos intensa. La pena o pesar es una respuesta individual al duelo, conformada por la solidez de la relación con la persona fallecida, las creencias religiosas, las expectativas sociales y el contexto cultural, entre otros factores.
La medicalización de la tristeza, que pretende legitimar su tratamiento habitual con antidepresivos, no es sólo peligrosamente simplista, sino también tendenciosa. Las pruebas sobre la supuesta eficacia de los antidepresivos en el tratamiento del duelo son inexistentes. En muchas personas la pena puede ser una respuesta necesaria al duelo que no debería ser suprimida ni eliminada [suponiendo que se pudiera].
Sin embargo, en algunos casos el duelo puede convertirse en patológico (a veces llamado duelo complicado o prolongado), y la persona afectada puede desarrollar depresión, de modo que puede ser necesario un tratamiento farmacológico o con técnicas no farmacológicas que se han mostrado más efectivas.
No se puede esperar que construir una vida sin la persona amada que murió sea rápido, fácil o sencillo. La vida no puede ni debe seguir siendo como antes. En cierto sentido, se debe crear una nueva vida, y se debe vivir con ella. Tras la pérdida de alguien con quien se ha vivido y a quien se ha amado, nada puede volver a ser lo mismo.
La pena no es una enfermedad, sino más bien parte del ser humano y una respuesta normal a la muerte de un ser querido. Es un error poner un límite de tiempo a la pena; En ocasiones se desarrolla un trastorno de duelo prolongado o una depresión, que pueden necesitar tratamiento, pero la mayoría de las personas que experimentan la muerte de un ser amado no necesitan tratamiento por un médico ni por un psiquiatra. Para las personas apenadas, lo mejor que puede hacer el médico es ofrecer tiempo, compasión, recuerdos y empatía, y no medicamentos.
La pena forma parte de la vida y no hay que pretender no sentirla. Es algo natural y no hay fármacos que suplan su existencia
La pena, el dolor, la rabia, la ira .... son emociones humanas y es la Vida .... lo mismo que la alegría, el Amor, la empatía ....
ResponderEliminarUno de nuestros errores es poner etiquetas a todo esto, "malo" o "bueno", "quiero sentirlo" o "no quiero sentirlo" .... la Vida es para vivirla, para lanzarse a ella, sin etiquetas .... a lo que venga ....
Amigo Rafael,me alegra leer tu entrada que corrobora mi entrada de hace algun tiempo, reivindicando la melancolia. http://bitly.com/H43f0c
ResponderEliminarUn saludo